
Cuando llegamos me quedo asombrada ante aquella gigantesca duna. Poco a poco me voy acercando, me empiezo a quitar mis deportivas y mis calcetines hasta quedarme con los pies descalzos. Empiezo a subir por la asombrosa duna, es un día muy caluroso, la arena me va abrasando la planta de los pies a medida que voy subiendo. Una suave brisa de verano ondea mi pelo. Cuando llego a la cima me siento libre, con ganas de gritar todo lo que llevo dentro. Disfruto de la magnifica vista, a lo lejos diviso la mar, me dan ganas de salir corriendo persiguiendo la mar hasta alcanzarla, disfrutar de sus frescas aguas. Cierro los ojos y me imagino una bonita tarde de verano en la cima de aquella duna, tumbada sobre la arena con un buen libro entre las manos.
Hola, Silvia: ya sé cómo afiliarte, pero, ¿qué foto quieres que te ponga? De momento, dejo la de la cabecera, pero ye me avisas, ¿vale?
ResponderEliminarok gracias por afiliarme!!
EliminarLa cabecera está bien, si quiero cambiar ya te aviso
Que foto quieres que te ponga yo??
un beso!!
Oh, es muy bonito Silvia.
ResponderEliminarGracias por el comentario en tu blog, espero ver más así ^^
Yo también intentaré comentarte en todas tus entradas a partir de ahora.
Besos, Amanda.
Gracias, intentare comentar en todas tus entradas y leerme tu novela
EliminarGracias por seguirme!!
Un besito ^^