A mi margarita favorita, mi margaritinchi, a ti, mamá.
Creo que escribir es mi mejor forma de expresar, y aunque aún no he conseguido nunca decir todo lo que siento cuando se refiere a ti, espero que con esta carta te llegue al menos una parte del amor con el que la escribo.
Gracias, gracias infinitas, por ser, por estar, por ser conmigo y enseñarme a ser por mí misma. Gracias por enseñarme a luchar por aquello que quiero, por educarme en libertad, y hacer de mí alguien capaz de tomar decisiones, de arriesgarse, y de persistir en sus sueños.
Gracias mamá, por darme la mano cuando no sabía como levantarme, por escuchar el huracán de miedos que me frenaban, gracias por la paciencia, por el espacio, por el cariño, la comprensión y el apoyo incondicional.
Gracias por caminar a mi lado, dejándome libre para tomar mi propia dirección. Por darme alas y capacidad para volar. Gracias por confiar en mí, por creer en mí.
Eternamente gracias por intentar entenderme cuando ni yo lo hacía, y gracias por entender que hay cosas que no te puedo explicar, y aún así siempre apoyarme.
Gracias por tus abrazos salvavidas, por calmar los terremotos que me vuelven majareta, gracias por escuchar y abrazar mi amasijo de emociones.
Gracias por dejarme equivocarme, dejarme aprender, todo por mí misma, contigo a mi lado.
Gracias por estar tan cerca estando a tantos kilómetros.
Estos últimos meses, he valorado más que nunca lo bonito que es estar tan unida a ti, tanto que estar en continentes diferentes no significa apenas nada.
Eres lo mejor de mí, y lo mejor tú. Eres luchadora, trabajadora, positiva, divertida, y de mentalidad libre y abierta. Eres una mujer valiente y capaz de todo. Te mereces todo lo bueno y bonito del mundo. Y tienes una madre que vale oro a toneladas, como tú.
Felicidades mamá, por tu cumpleaños, y por ser tan increíble como eres.
No he encontrado aún palabras capaces de expresar lo muchísimo que te quiero, pero es más que suficiente para llegar a España y abrazarte muy fuerte.
Siempre fuertes y felices. Siempre juntas.
Silvia