Por aquel entonces, yo iba siempre con mi prima, Marina, quién ahora es más bien mi hermana. Y no me fije especialmente en ninguno de aquellos niños, ni siquiera en ella, en Miriam. Jugábamos juntos, como todos los chiquillos pero nunca fue más allá, ni comenzó ninguna amistad real.
Hace cosa de dos años, la conocí mejor. Comenzamos a hablar con ella, a reír y pasar las tardes juntas. Éramos cuatro, y día a día, nos fuimos convirtiendo en cuatro compañeras de juego y más tarde, en amigas.
Pasaron diez largos meses, y volvió el verano. Nuestro reencuentro no fue el más emocionante, pero este verano de 2014, sin duda alguna, ha sido, nuestro verano. Ya no éramos tan niñas, podíamos hablar y contar con nuestro apoyo mutuo. Podíamos reír y llorar, juntas. Jugábamos a mil cosas diferentes, buscábamos aventura y diversión, disfrutábamos de un verano inolvidable con la mejor compañía posible.Fueron tres semanas intensas, muy intensas. Vivimos juntas infinitas experiencias, noches de estrellas, y muchas risas compartidas. Aunque lo más importante, este verano, fue cuando realmente, empezamos a adquirir el nombre de amigas, nos hicimos una piña, y forjamos una amistad verdadera capaz incluso de resistir la temida distancia.
Las cuatro, hemos removido, mar y tierra, por conseguir vernos y pasar siquiera unas horas juntas. Y con esfuerzo, ilusión, y muchas ganas, esta navidad pudimos vivir una tarde increíble, todas juntas. Y esta vez, el reencuentro, aunque al principio extraño, fue emocionante, especial y necesario.Las dedico esto, a ellas, a las cuatro.
Especialmente, a Miriam, una chica muy especial, con quién hablo casi todos los días, y quién no imagino fuera de mi vida. Siempre está ahí, ya sea para compartir mi sonrisa, a para ser el motivo de ella. Para aconsejarme, y también para escucharme, en cualquier momento. E incluso en la distancia, sé que puedo contar con ella para todo, porque ella es así, sencilla, divertida, amable, inteligente, loca como una cabra, y sensata cuando es necesario.
Es una gran amiga, para toda la vida.
Felices 14, princesa. Te quiero zanahoria, te quiero mucho.
Silvia Soñadora
Esas amistades de la infancia y momentos compartidos son especiales.. Las circunstancias cambian y a veces nos cambian pero eso formará siempre parte de nosotr@s! Un abra,o de luz
ResponderEliminarTata este texto muestra todo lo que nos quieres a las tres y estoy super contenta de que esta amistad este en pie, porque se que durará siempre y aunque todas pensemos que llegara un momento en que nos hagamos mayores y ya no vayamos a nuestro pueblo ni nos veamos, yo se que eso no va a ser así, nos queremos tanto que no permitiremos que la distancia separe también el corazón de las que ahora somos unas niñas que pasan los mejores momentos de su vida juntas y como bien dicen dos frases :
ResponderEliminar-Una amiga es la que te hace creer menos loca uniendose a tus locuras
-Lo que ahora parecen locuras, mañana serán uno de tus mejores recuerdos.
Os quiero y el verano llegará pronto aunque tan lejano lo veamos. <3
Marina
No por la distancia significa que algún día dejarán de ser amigas, recuérdalo siempre. Una amistad como esa no se lucha por retenerla, porque podría ser asfixiante. Pero se lucha por no olvidar :). Espero que no se alejen unas de las otras, y si por algún motivo se llegan a distanciar, no olviden el cariño que se tuvieron, porque ese cariño nunca morirá. Un beso, suerte con tus tres seres queridos!
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