Al ritmo de un reloj que conduce el tiempo, corriendo tras las agujas, suspirando por llegar a tiempo y no perderse en el olvido. En el olvido de aquellos que ahora te recuerdan.
Aquella noche de otoño, desde la agonía y el suplicio, se oyó un grito, un grito al vacío que parecía no haber caído.
Entre las tinieblas del desconsuelo y la desconfianza, el miedo, a perder segundos y minutos, a no seguir el ritmo y caer en el olvido.
Silvia Soñadora
Muy bonito, me recuerda a la cotidina realidad que te quita las ganas de todo!
ResponderEliminarBuen texto :)
La rutina. La maldita rutina.
ResponderEliminarVamos con horarios a todas partes. Esto hace que llegue un momento en el cual no podemos más. ¡A mí eso me agobia! AAAARG!!
Pásate si quieres. Anoche subí nueva entrada.
Un beso! ;)
myworldlai.blogspot.com.es
Saludos, me encanta tu blog, y me gustaría muchísimo que te pasaras por el mío. Es un blog sobre todo un poco jeje, música, series, libros e incluso películas... la verdad es que me gustó mucho tu blog, y espero verte por el mío.
ResponderEliminarBesos <3
Un poco melancólico y triste pero está muy bien escrito.un besito fea!
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