Por mi cabeza confusa buscaba sin éxito, una explicación lógica para mi situación. Hasta ese momento nadie me había contado ese secreto que ya todos parecían conocer.
Aunque desconocía su nombre y también su origen, parecía alcanzar la perfección absoluta. Con precisión, había apuntado exactamente en medio de mi alma. Me robaba la calma a cada instante, y sembraba nervios por todo mi interior.
Para mí, la fórmula exacta para curar cualquier enfermedad, para encontrar la felicidad donde no hay nada y para divisar la luz entre las tinieblas.
Puede ser mi inconsciencia, o quizá mi ilusión lo que me haga creer en lo imposible, en un suspiro, en una mirada o en un beso. Puede ser esto lo que me haga ser indiferente a todo y lo que me da fuerza para luchar cuando ya todo está perdido, pero también fue por esto por lo que sostuve mi último poso de esperanza en un casi imposible, en una historia que nadie creía verdadera, en caricias prohibidas que parecían pasajeras.
Yo, tan solo escuché a ese cosquilleo que se sumerge en mi estómago y al escalofrío que recorre y sacude mi cuerpo. A mis ganas insaciables por saborear sus labios, a mi ansia por disfrutar de su mágica compañía, a mi interminable inquietud por verle cada día y cada segundo.
A ese algo llamado amor por el que tantas locuras cometí, de las que no me arrepiento y seguiré cometiendo hasta el fin de su existir.
Silvia Soñadora
Muuuy hermosoo!! cada detalle perfecamente descripto! Te felicitoo!! me hace muy bien leer algo así, besotes! Anabella
ResponderEliminarPD: gracias por cada comentario en mi blog