Intenté provocar una sonrisa, emocionar y hacer que alguien se sintiera especial.
Intenté demostrar que la magia puede ser real, intenté darle importancia a las pequeñas cosas.
Intenté... pero, ¿lo conseguí?
Llené mi vida de pequeños detalles, de sorpresas y de pequeños suspiros de felicidad entre lamentos entrecortados.
Con todo mi amor, regalé detalles y momentos, regalé sonrisas y bailes, a aquellas personas que quería hacer sentir importantes.
Tal vez, reflejaba en mis actos lo que yo quería recibir, o quizás solo quería demostrar, en un intento, casi siempre en vano, lo mucho que todos ellos significaban para mí.
Quizá, lo hacía por ellos, o quizá lo hice por mí. Pudo ser egoísta, y puede serlo todavía.
Puede ser, que tal vez, en mis ganas de recibir, haya encontrado mis ganas de dar. Y también, que haya aprendido a ser lo que quiero que sean los demás, y que haya aprendido a quererme, para que los demás me quieran también.
E intenté hacer de los pequeños detalles, grandes recuerdos. Y esto, estoy segura de que sí, lo conseguí.
Silvia Soñadora
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