Al parecer, quedaba algo de verdad, en un último milímetro de mi piel, y fue entonces cuando quiso rebelarse. Pude pronunciar un no rotundo a seguir matándome a disgustos, por fin, pude renunciar a aquellos que envenenaban mis días de mentira, y escondían mis sonrisas entre lágrimas, que no vivas, solo más mentira.
Los hilos que sostenían mi vida, desaparecieron al compás de los que se iban.
Con el corazón entre latidos, y el alma reposando en mis labios, empecé a vivir esta vida, que sólo es mía
Silvia Soñadora
El poder de la palabra...
ResponderEliminarEsa que a veces cura y otras " sientes" que mata.
Me gust tu forma de sacar sentimiento a través de las palabras.
Un abrazo de luz✴
me encanta♥
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