-Una cerveza, o un nestea, un contigo, yo sin ti. Pupilas y tequila. Tú y yo. Sin ser nosotros.-
Aún queda noche. Y conmigo nunca se sabe, que si, con dos copas puedo volverme loca, agarrarme la cadera, quitarme los tacones y pedirme la tercera. Soltarme la coleta y acabar bailando encima de las mesas. Y si me da por el tequila, me pongo a cantar en medio de la pista, y se me dilatan las pupilas. Invítame a un roncola, que hoy me ha dado por el alcohol, y un poco por ti. No te asustes si no dejo de mirarte, suele pasar cuando llegas a mi punto débil, y teniendo en cuenta que eres tú, supongo que empezaré a dar de más, a emborracharme de verdad, de ti, y a pillarme un colocón de los gordos sonriendo a mi vicio más bonito. Invítame a una cerveza, o a un nestea, que dicen que es más sano, pero no dejes de mirarme porque con tanto meneo de cadera me he perdido, y no se encontrarme, si no es en ti. Quedamos en la barra, con una sin alcohol, y una de amor para los dos. Cariño, no pases las canciones tan rápido. Que tú y yo siempre hemos sido de empalmada,que todavía hay mucha noche, y aun nos queda madrugada.
Silvia Soñadora
Aww, ¡que hermoso!
ResponderEliminarHe de confesar que imaginé toda la escena en mi cabeza.
ResponderEliminarAquellos ojos que embriagan el alma más que cualquier otra bebida; con esos quédate.
Un abrazo.
:)